Estudiar en el extranjero

07.06.2018

Un día, llega el momento en el que surge la oportunidad o el pensamiento de irse a estudiar a otro país. Buscamos nuevos conocimientos, intelectuales o sociales, no importa las motivaciones, y decidimos partir hacia lo desconocido.

La llegada al nuevo destino

Después de toda la preparación del viaje, que da inmenso trabajo, tenemos que buscar alojamiento y comprar billetes que sean a precios aceptables, finalmente llega el día de la despedida. Besos a unos y a otros y ahí partimos con los nervios de no saber lo que nos espera. ¿La habitación corresponderá a lo que estaba en las fotografías? ¿Me gustaran mis compañeros? ¿Cómo será el transporte público? ¿A quién conoceré? ¿Voy a enamorarme? ¿Haré nuevos amigos? 

Todo a nuestro alrededor es novedoso, nos sentimos extraños en todos los nuevos lugares, que un día sentiremos como nuestra casa. Lo bueno es el hecho de aprovechar la fase inicial. Instalarnos en nuestra nueva habitación y decorarla con algunos de nuestros recuerdos mas queridos, para sentirnos más cómodos, ganar coraje y salir a la calle, o a la cocina del apartamento con la esperanza de conocer a alguno de mis compañeros de piso.

Las redes sociales son nuestras mejores amigas

La conexión con lo que dejamos atrás es hecha a través de las redes sociales. Después de todo, nuestros amigos y familiares tienen que saber que estamos bien y que estamos viviendo una experiencia fantástica. Por lo tanto, lo más importante es correr a los sitios más populares de nuestro destino y hacer fotografías que despierten la envidia de los demás. Y luego con el filtro correcto los escenarios todavía parecen más espectaculares de lo que en verdad son. En realidad, ya no conseguimos estar totalmente desconectados de lo que dejamos atrás, ni conseguimos vivir verdaderamente con lo que tenemos ante nosotros. Lo importante es hacer un registro que podrá permanecer eternamente en un servidor, que no se sabe bien dónde está.

Ni conseguimos vivir verdaderamente con lo que tenemos ante nosotros

Las redes sociales nos distraen demasiado y nos impiden vivir naturalmente. Ahora son las notificaciones y las reacciones a lo que se publica. Lo cierto es que perdemos demasiado tiempo mirando el teléfono listo. Y deberíamos mirar más lo que pasa a nuestro alrededor. Deberíamos mirar más a nuestros amigos y familiares. Pero mirar con ojos de ver, de sentir, de saber que pueden necesitar de nosotros. Y esto sucede bastante a menudo. Dejamos de preferir ver la realidad y preferimos verla en videos o en fotografías en un pequeño aparato que llevamos a cualquier sitio.

Programar una experiencia fuera de nuestra zona de confort, también debe incluir la desconexión de los datos del maldito aparato inteligente y disfrutar de lo que tenemos a nuestro alrededor. Escuchar todos los ruidos y sonidos, no pensar que tenemos que registrar y publicar todo lo que vemos. ¿Volveremos a ver las 479 fotografías que hicimos el fin de semana pasado? Ver a las personas que pasan delante nosotros, pensar un poco en ellas y en sus vidas, no pensar sólo en nosotros y en los likes que ya hemos conseguido en el último post. Cuando se busca una nueva experiencia, no debemos olvidar el adjetivo. Nueva significa diferente y principalmente tener una libertad que no teníamos. Es estar abiertos a conocer gente y hacer amistades, pero gente de carne y hueso. Es conseguir caminar por una calle y mirar sus detalles y no hacer una sola fotografía y tratar de memorizar dentro de nosotros lo que nos ha despertado la atención. Descubrir así una nueva manera de sentir y vivir su experiencia. Que será en su esencia verdaderamente nueva.

Bruno Carvalho